Xavier Ponce, la incompetencia y la corrupción en persona |
A pesar de que la adquisición de los radares para el control aéreo de la frontera norte fue considerada una prioridad dentro del proyecto de la recuperación de la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas, luego del ataque en Angostura en el 2008, los equipos no funcionan y Ecuador se encuentra en la misma situación de vulnerabilidad que hace tres años, ante un eventual ataque aéreo.
La adquisición de los radares chinos fue cuestionada por un grupo de empresas que presentaron sus ofertas tras la convocatoria a licitación que hiciera la desaparecida Junta de Defensa Nacional.
El 1 de diciembre del 2008, el subcomité de Contrataciones de la FAE convocó a una segunda licitación tras declarar desierto el primer concurso. El 19 de diciembre, con informe favorable de ese subcomité, el contrato fue adjudicado a la china CETC. Al concurso se presentaron siete empresas.
El 23 de diciembre de ese año, siete días antes de que el presidente Rafael Correa decretara la desaparición de la Junta de Defensa, esta entidad autorizó la adquisición.
La adjudicación fue cuestionada por supuestas irregularidades. Según los pliegos del concurso, los sistemas radáricos debían cumplir requisitos básicos, como un sistema de enfriamiento por aire.
Las especificaciones técnicas de CETC de los radares vendidos (dos radares de largo alcance YLC-2V-3D y dos Gap Filler YLC 18), durante la adjudicación del contrato, daba cuenta de los equipos bajo un sistema de enfriamiento por agua. No obstante, en la adjudicación, el Comité de Contrataciones señaló que CETC sí cumple con este requisito.
Otro cuestionamiento fue que de acuerdo con las bases del concurso, los equipos debían tener una altura de operación de 0 a 12 mil pies, pero CETC indicó que la máxima altura de operación del generador es de 3 mil metros (9.990 pies).
El exjefe del Comando Conjunto y exministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, señaló que al no contar con los radares obviamente Ecuador se encuentra en desprotección aérea. Y que por tanto, se tiene que investigar “por qué vienen radares que no sirven y por qué no se cumplen los contratos”.
Calificó como una inversión muy importante de las Fuerzas Armadas que debe ser aclarada administrativa y financieramente. No obstante, consideró que en este momento la principal prioridad de las Fuerzas Armadas es evitar las infiltraciones terrestres de la guerrilla colombiana.
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